1. Reparte las responsabilidades por igual
Invita a niños y niñas a participar por igual en las tareas del hogar y de clase. La corresponsabilidad se aprende practicándola.
2. Evita frases que limiten
Sustituye expresiones como “eso es de chicas” o “los niños no lloran” por mensajes que amplíen posibilidades y emociones.
3. Visibiliza referentes diversos
Presenta historias de mujeres y hombres que destacan en todos los ámbitos: ciencia, deporte, arte, tecnología… Los modelos importan.
4. Fomenta el respeto en el juego
Impulsa juegos mixtos y cooperativos. El juego es un espacio clave donde se construyen relaciones igualitarias.
5. Enseña a detectar estereotipos
Comenta con ellos anuncios, series o vídeos. Pregunta: “¿Todos los personajes pueden hacer lo mismo?” o “¿Qué papel tienen las niñas/los niños aquí?”.
6. Cuida el lenguaje
Utiliza un lenguaje inclusivo y respetuoso. Pequeños cambios en cómo hablamos transforman cómo miran el mundo.
7. Educa en emociones
Ayuda a reconocer y expresar sentimientos sin etiquetas de género. Todas las personas sienten, lloran, se enfadan y se ilusionan.
8. Refuerza la autoestima por lo que HACEN, no por cómo son
Evita centrar elogios en el aspecto físico. Premia el esfuerzo, las ideas, la creatividad o la responsabilidad.
9. Resuelve conflictos desde la igualdad
En discusiones entre niños y niñas, pon el foco en escuchar, empatizar y buscar acuerdos. Nadie tiene más “autoridad” por su género.
10. Sé ejemplo
Los adultos somos el primer espejo. Cuando un niño o niña ve relaciones igualitarias en su entorno, las reproduce naturalmente.
Autora: Laura Caro